28-03-2024 03:07:17 AM

Enemigo común

Por Jesús Manuel Hernández

 

La llegada de maría Esther Sherman como delegada del CEN del PRI a Puebla, es la primera señal que muchos priistas reconocen como seria, formal, fuerte, para demostrar que las elecciones a gobernador no están negociadas.

Sherman ha estado ya en Puebla en el pasado, en tiempos cuando su partido tenía 26 puntos abajo. Fue el momento en que Blanca Alcalá enfrentó a Antonio Sánchez Díaz de Rivera y donde el escenario pintaba muy claro que Mario Marín la dejaría morir en aquel proceso.

Pero los resultados le dieron la vuelta al escenario inicial y Alcalá llegó a ocupar la Presidencia Municipal. El trabajo de María Esther Sherman y de Paloma Guillén, fue fundamental, aunque después Alcalá quiso presentarse como la salvadora de la elección.

Sin duda la llegada de Sherman inyectará nuevas ideas y vendrá poner orden, una asignatura pendiente en Puebla.

Durante estos días de precampaña Luis Miguel Barbosa y Enrique Doger han mantenido un discurso de cuestionamiento a la figura del ex gobernador Moreno Valle y su estela, donde afloran las denuncias de corrupción, mal gobierno y nepotismo. Rafael es el común denominador de los ataques.

A Martha Erika no le ha bastado con quitarse el apellido de casada y enfrentar la elección como si fuera soltera.

Doger ha presionado por deslindar responsabilidades de lavado de dinero en el caso de la relación de Juan Vergara, sobre todo luego de los audios que la exdiputada Violeta Lagunes soltó; E intentando cancelar odios y rencores en su partido.

En cambio, Barbosa ha ido a fondo anunciando que “meterá al bote” al ex gobernador Moreno Valle, su discurso ha sido el más consistente en denuncias y ha mostrado no temer a la reacción morenovallista.

Ambos han enfrentado a Martha Erika quien se refugia en una actitud feminista, que poco le queda, pues sus antecedentes estuvieron siempre del lado del autoritarismo de su esposo.

En fin. Los golpes dominan la escena, las estrategias de precampaña afloraron y el dinero, como el amor, no se puede ocultar.

O por lo menos, así me lo parece

 

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