19-04-2024 09:47:09 PM

¿Destape o imposición?

Por Jesús Manuel Hernández

 

Era 1986, Mariano Piña Olaya acababa de dejar la diputación federal donde sirvió lealmente a su amigo el entonces presidente Miguel de la Madrid con quien había coincidido al ingresar a la Facultad de Derecho de la UNAM en 1952. Llegó a la diputación por órdenes directas de Los Pinos y fue cambiando distritos hasta que encajó en Huauchinango donde la familia Jiménez Morales lo cobijaría.

Le encargaron el desafuero del ingeniero Díaz Serrano y cumplió con la tarea, eso le valió ser candidato a gobernador.

El día de su destape se paró en el balcón del edifico del PRI en la 5 poniente, forrado en una fina chamarra de piel y a su lado apareció el delegado del partido, tal vez el mejor que haya existido, Mario Vargas Saldaña, quien se acercó al oído y le dijo “Mariano no creas que estos que ves abajo vienen por ti, hubieran venido por cualquiera que fuera el candidato”. Piña Olaya poseedor de un sentido del humor ácido le preguntó a don Mario “¿Hasta por Pacheco Pulido?”. Y el delegado insistió “por cualquiera, a ti te toca vestir a la muñeca y a nosotros hacerte gobernador, ganar las elecciones”.

La anécdota viene a la memoria por el presunto “destape” o “imposición” de la esposa del exgobernador Moreno Valle. Como es sabido Martha Erika renunció a su cargo dentro del PAN estatal para cubrir los protocolos internos y enfilarse a la candidatura.

Sus promotores dicen que tiene tras de sí una “gran experiencia política”, cuando en realidad, su desempeño se ha reducido a ser, primero la esposa de Rafael Moreno Valle, después la mujer que lo frenaba de los berrinches en campaña y posteriormente a presidir el DIF estatal y últimamente en un cargo de dirección del partido.

Pero en realidad no cuenta con ninguna experiencia política, electoral o de administración pública. Por eso es que cabe perfectamente la anécdota de Mario Vargas Saldaña: le toca vestir a la muñeca y el partido la hará ganar.

Y es que sin duda el morenovallismo sí tiene la capacidad de ganar las elecciones, prácticamente está en su favor el trabajo en la capital con Tony Gali y Luis Banck donde el morenovallismo montó su reinado.

Ante la imposibilidad de que Rafael sea candidato presidencial, es obvio que su peso está siendo reconocido por Ricardo Anaya, y es obvio también que la renuncia de Martha Erika es un punto de presión directa sobre el partido nacional para dejarle operar libremente en Puebla, con lo cual, la imposición de Martha Erika Alonso, el trabajo de Rafael y el morenovallismo en la parte de estructura electoral y campaña, le dan margen para presentarse competitivamente en la contienda frente a Morena o la alianza que consiga el PRI.

Sólo falta que la operación se complete con los candidatos a presidentes municipales por las principales ciudades del estado, las diputaciones que garanticen el control del Congreso, y ahí los intereses de Rafael y de Gali podría chocar y sufrir algún descalabro.

Y por último la definición de quién será presentado como candidato por la capital. Y es en este escenario donde se perciben, se adivinan los acuerdos en lo oscurito de un influyente grupo de panistas que dieron su brazo a torcer con Anaya a cambio de ciertas posiciones, entre ellas la de Eduardo “Lalo” o el “maestro” Rivera Pérez quien habría sido ya considerado a través de un método de encuestas locales como la carta que puede ayudar a consolidar el proyecto de Anaya en Puebla y por tanto ser la carta de conciliación para que el morenovallismo siga gobernando por seis años más.

O por lo menos, así me lo parece.

 

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