28-03-2024 03:52:39 AM

Algoritmo fraudulento

Por Jesús Manuel Hernández

Las elecciones del pasado domingo en el Estado de México dejaron ver a los expertos la llegada de la tecnopolítica a los sistemas electorales donde un simple algoritmo pudo hacer que los resultados del PREP le dieran la ventaja necesaria a Alfredo del Mazo por encima de Delfina Gómez en un porcentaje si bien ridículo, suficiente para declarar ganador al candidato del presiente Peña.

Pasaron las épocas de Romero Cándano o del Meme Garza González o de Efraín Trujeque y sus secuaces cuando el robo de urnas, era una simple forma de ocultar el método de ingresar los votos cruzados una madrugada antes para garantizar el triunfo del tricolor.

En el Estado de México históricamente han sido puestos en práctica los métodos más sofisticados para alterar los resultados de las elecciones.

Pese a los avances tecnológicos las actas siguen levantándose a mano, las “sábanas” donde se concentran los resultados de cada casilla son manuscritas y el concentrado sigue haciéndose manualmente.

El PREP ofrece un resultado de conteo rápido y con ello aproxima el resultado final, pero esta ocasión la tecnopolítica entró en funciones, fue una elección 3.0, dicen los expertos, donde un algoritmo hizo todo el fraude para al momento de hacer las sumas de votos de Alfredo del Mazo elevar el porcentaje, repetir los votos de la chiquillada de partidos y obtener así la diferencia de 2 o 3 puntos porcentuales, según la necesidad.

La elección del Estado de México deja muchas lecciones, pese al enorme esfuerzo económico del PRI y sus aliados no fueron capaces de ganar honestamente, debieron recurrir a los fraudes tecnológicos que ahora serán avalados por la misteriosa desaparición de actas, sábanas, reportes de quejas, etcétera.

Toda una maquinaria para impedir que la voluntad del pueblo se anule pese a manifestarse en las urnas.

Las consecuencias podrían ser corregidas si se contara, como dice López Obrador, “voto por voto”, pero el golpe está dado y es el primero rumbo al proceso electoral de 2018.

O por lo menos, así me lo parece.

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