29-03-2024 09:31:04 AM

La complicidad de Zavala

Por Jesús Manuel Hernández

En una conferencia de prensa a modo, Javier López Zavala, recurrió al viejo truco de “romper el silencio” cuando en verdad el silencio le hizo cómplice del pésimo proyecto del marinismo en las elecciones del 2010.

No se podía esperar menos de él. Todos sabían que su nombre en la papeleta electoral era despreciado por la mayoría de los ciudadanos; una fuerte campaña al interior del PRI buscó en su momento que Mario Marín dejara de meter las manos en las elecciones, pero no fue así, la soberbia del grupo cupular, la burbuja que pretendió ser el origen de una nueva generación de políticos poblanos, se topó con el ingenio, con la suma de esfuerzos y de otras complicidades para impedir que López Zavala, el chiapaneco, llegara a Casa Puebla a cubrir las anomalías del sexenio por culminar.

Venir a estas alturas a denunciar que su candidatura fue negociada es tanto como aceptar el pecado de omisión, y eludir divulgar la realidad, fue un pésimo candidato, de un partido en caída que había dejado de tener preferencias por el escándalo de Lidya Cacho y el papel protagónico del gobernador.

Más bien lo que busca Zavala, así se dice a sí mismo, es completar su trabajo en pos de la división que ayude a la mafia del poder poblano a continuar en su ejercicio.

Ya dividió al PRI en el 2010, ya provocó que los grupos de poder al interior afloraran en otras siglas, y que los viejos priístas, léase exgobernadores, respaldaran a Moreno Valle para impedir el Maximato.

La tarea ahora es dividir a MORENA, partido donde ciertamente convergen varias líneas ideológicas con un común denominador y donde la presencia de determinados personajes el pasado sábado lo deja excluido.

De buena fuente se sabe que Zavala no tiene cupo, no cabe, no está considerado en las filas de López Obrador, pero tan sólo el rumor, tan sólo su expresión, trae consigo ya una advertencia de que MORENA es un riesgo para el PRI y para el PAN.

La vuelta a la escena de Zavala no es más que una muestra más de la descomposición política en Puebla y de la mala memoria de algunos que no recuerdan ya el último debate de campaña donde Zavala y Moreno Valle confrontaron ideas y el priísta le sacó a la memoria el asunto del libro “Off the books o Citibank, el juego de dinero más grande del mundo”, de Robert A. Hutchison.

Al día siguiente el propio Zavala se vio en la necesidad de ofrecer en una entrevista al canal local de Televisa una disculpa pública por haber mencionado el nombre de Rafael Moreno Valle en un asunto de presunto fraude del Citibank, que no pudo demostrar.

Un cartucho en desuso, sin arraigo, que sigue haciéndole el juego al morenovallismo.

O por lo menos así me lo parece.

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