26-04-2024 08:25:49 AM

El gabinete: refugio de pasados tormentosos

Por Valentín Varillas

Se llama Jaime Figueroa Velázquez.

Es guerrerense y pertenece a una de las familias más poderosas de ese estado.

Sobrino del ex gobernador Rubén Figueroa.

Nada más y con todo lo que ello implica.

En Puebla le abrieron las puertas del gobierno.

Fueron especialmente generosos con él.

Bajo el manto protector de Luis Maldonado llegó a la dirección general de Educación Física de la SEP.

Después de la cachetiza que el empresario Tonatzin Fernández Suárez le dio a Manuel Youshimatz, titular del INPODE, por supuestos adeudos, Figueroa Velázquez fue nombrado encargado de despacho del instituto.

A la llegada del marinista Roberto Ruiz Esparza al cargo, el ahijado de Maldonado regresó al lugar para el que lo trajeron a Puebla.

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De alguna manera, ha podido transitar con éxito por los vaivenes que genera el contante movimiento de grupos al interior del gabinete de Rafael Moreno Valle.

Es evidente que alguien de muy arriba lo protege.

Juran los que lo conocen que con el paso de los años se ha sabido ganar la confianza y el cariño de los poblanos.

Lo cierto es que en Guerrero, su estado, no es así.

A Figueroa Velázquez, digamos que lo han querido muy poco sus paisanos.

La prensa lo ha ligado en varias ocasiones con “los malosos”.

Sus relaciones inconfesables fueron publicadas por el Diario El Sur http://suracapulco.mx/tag/jaime-figueroa-velazquez/.

Según el medio, cuando se desempeñaba como director de la Policía Judicial de ese estado, recibía “paquetes con dólares” a cambio de protección para el grupo criminal de Juan José Esparragosa, alias El Azul.

Como fuente, el periódico cita una declaración por escrito presentada ante la PGR, hecha por Gabriel Cortés Ramírez, ex policía judicial quien estuvo al mando de Figueroa Velázquez.

Antes, la revista Proceso señala a nuestro personaje como uno de los principales responsables de la alta incidencia de secuestros en aquella entidad en el año 2002 .

El reportaje sugiere que desde la judicial estatal se “cuidaba” a ciertos grupos que eran los responsables de la comisión de varios delitos de alto impacto social.

Aquí un párrafo revelador:

“El jefe policiaco fue señalado de proteger a por lo menos siete comandantes dedicados a cometer secuestros y otros delitos El denunciante fue Francisco Cortés Pastenes, miembro de la Policía Judicial del estado, cuyos testimonios dieron origen a una averiguación previa; hay dos comandantes más que enfrentan procesos por su presunta vinculación con los secuestros exprés”.

El reportaje asegura que la presión social a su alrededor fue tal, que tuvo que ser destituido por el entonces gobernador, René Juárez Cisneros.

Hoy, Jaime Figueroa ha optado por dedicarse a la promoción deportiva, intentando dejar atrás un pasado que le resulta incómodo.

En su nueva vida no caben los grupos delictivos, los amarres en lo oscurito y demás estampas de la cruda realidad nacional.

En este contexto esquizofrénico, bien valdría la pena preguntarnos ¿cuál de los dos es el que impera actualmente en su verdadero ser: el del cuestionable pasado o el del prometedor presente?

¿Dr. Jekyll o Mr. Hyde?

¿Cuántos más tuvieron que emigrar y encontraron en el gobierno de Puebla un remanso para su personal tormenta?

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