23-04-2024 04:39:18 AM

Zerón y Carrancá: los paralelismos

Por: Valentín Varillas

Espantosas coincidencias aparecen hoy en la carrera como servidores públicos de Tomás Zerón y Víctor Carrancá.

Una vez tomada la surrealista decisión presidencial de nombrar al primero como Secretario Técnico del Consejo Nacional de Seguridad Pública, hacer la analogía entre ambos resulta, por decir lo menos, morboso.

Los dos personajes fueron protagonistas involuntarios de las peores crisis por las que atravesaron los jefes y amigos a los que juraron servir.

Zerón, en el caso Ayotzinapa, manipuló escenarios, sembró evidencias, alteró eventos y circunstancias, en aras de defender una “verdad histórica” que, lejos de llegar al fondo de los hechos, pretendía encubrir a los responsables de la desaparición de normalistas.

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En Chalchihuapan, el desaseo en las investigaciones del asesinato de José Luis Tehuatllie Tamayo fue la constante y todo con le mismo fin: lavarle la cara a los policías responsables de la muerte del menor indígena.

En el caso Ayotzinapa, Zerón y compañía utilizaron el aparato propagandístico oficial, público y privado para repetir hasta el cansancio la puesta en escena ensayada para intentar evadir las omisiones y la responsabilidad oficiales en los hechos.

Carrancá usó una estrategia similar, con alcances igualmente nacionales, para venderle a la opinión pública que el deceso de José Luis había sido producto de la detonación de un cohetón manipulado por los pobladores de Chalchihuaan que se manifestaban en la autopista a Atlixco en contra de la medida oficial que les retiraba a las juntas auxiliares el control del registro civil.

Tomás Zerón no pudo resistir la tentación de criminalizar a los normalistas, en su obsesión por minimizar las consecuencias que, en materia de imagen y confianza, le generó la desaparición al gobierno federal.

Se les intentó ligar con la delincuencia organizada, con grupos de choque a sueldo y hasta con la guerrilla.

Carrancá, sucumbió ante el mismo canto de las sirenas.

Sin pudor alguno, se echó a andar una estrategia para vestir con el traje de la delincuencia a los habitantes de Chalchihuapan, a la madre del menor y hasta al niño asesinado.

Se les tachó de desestabilizadores, de terroristas, de haber buscado intencionalmente la muerte de José Luis, para tener por fin la víctima que le diera fuerza a sus reivindicaciones.

En su aberrante cruzada, acusaron a Elia Tamayo de ser una mala madre y utilizando un burdo fotomontaje, se le critico por supuestamente haber llevado a su hijo al bloqueo, para ser utilizado como carne de cañón.

A Zerón y a Carrancá les duró muy poco el gusto.

Al primero, instancias como el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes designado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, le fueron corrigiendo la plana con una contundencia demoledora.

La columna vertebral de la mentira oficial en el caso de los normalistas se desbarató con el informe final del grupo, el que incluía 22 recomendaciones específicas hechas al Estado mexicano para mejorar la investigación y llegar a la verdad.

El “coco” de Carrancá fue la Comisión Nacional de Derechos Humanos, la cual despedazó el discurso oficial sobre el caso Chalchihuapan, considerando que el resultado de las investigaciones llevadas a cabo por la entonces Procuraduría poblana, no solo no eran creíbles, sino que en algunas partes desafiaban las leyes de la física.

Otra espantosa similitud entre Zerón y Carrancá es que, a pesar de haber manipulado instituciones oficiales en aras de beneficiar cada uno al jefe del grupo político al que pertenecen, no solo viven en la absoluta impunidad, sino que han sido premiados por sus servicios.

A Carrancá le regalaron 7 años al frente de la Fiscalía del estado.

Larga vida entre algodones, disfrutando de lo más granado de la dorada burocracia, a cambio de proteger a quienes lo pusieron en su puesto y a su enorme corte de subordinados.

Nada mal.

Zerón de Lucio, lejos de enfrentar el merecido destierro que supondría su papel como director de la Agencia de Investigación Criminal de la PGR, ahora despacha directamente en Los Pinos.

Como Secretario Técnico del Consejo de Seguridad Nacional gozará de mayor influencia en la toma de decisiones oficiales sobre el tema y también tendrá un mejor salario.

Justicia torcida.

En este contexto, es evidente que existe también una analogía entre Rafael Moreno Valle y Enrique Peña Nieto.

Ambos son agradecidos y protegen a los amigos leales contra viento y marea.

Pase lo que pase.

okvale

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