26-04-2024 05:14:01 AM

El ciclo sin fin: análisis de lo que pasó y de lo que viene

Por: Rodolfo Rivera Pacheco

Antes que otra cosa, agradecer de corazón a los cuatro que a veces me leen por nuevamente estar pendientes de mi colaboración en STATUS. Aquí sigo y seguiremos. Como lo dije en mi programa (al otro día del 5 de junio, que ya ni hice columna porque terminamos muy de madrugada las actividades de nuestra exit poll), en el BEAP tomaríamos un urgente descanso luego de meses y meses de realizar investigaciones demoscópicas casi diariamente en Puebla y otros Estados del país (vecinos todos ellos).

Pero aquí estamos ya, recargados y con el ánimo de toda la vida. Así que a darle.

Hay demasiados puntos qué analizar sobre la situación actual de Puebla y el país. Lo iré haciendo paulatinamente. Hoy corresponde hablar un poco sobre lo que pasó el 5 de junio pasado, ya con la serenidad –y seriedad- que dan las semanas transcurridas.

A muchos “sorprendió” el resultado de las elecciones que se llevaron a cabo en 13 Estados de la República. Hasta a los propios panistas y porristas del actual gobierno poblano, que no han parado de tener orgasmos tecleadores, por la “tremenda victoria del PAN en 7 Estados, cosa que jamás había pasado”.

Pero hay que hacer algunas observaciones al respecto.

En primera, el gran ganador de las elecciones en México (y el mundo) es el abstencionismo, no un partido. La gente ya no quiere salir a votar. Los políticos la tienen desilusionada. Eso provoca que los ganadores tengan una legitimidad que ronda el 20% de los ciudadanos. Para no ir muy lejos, Antonio Gali gana en el Estado con menos votos que los que obtuvo Javier López Zavala en 2010. No, eso no es “arrasar”, perdón.

votacion

Hay un evidente voto de castigo contra los gobiernos también. La poca votación en Puebla se puede ver desde dos ópticas. La de los porristas de Moreno Valle y su claque (que me dan mucha risa, pues son los mismos que eran corifeos del PRI en sus mejores épocas), que asegura que la gente no salió a votar porque “está contenta con el gobierno actual”; y la otra, que significa que la gente NO votó por la oferta morenovallista por hartazgo, resignación, oposición silenciosa y desde luego por impotencia.

No. En la pasada elección no ganó el PAN, aunque ese partido sea el beneficiario de la coyuntura. Ganó el hartazgo contra los partidos y el voto de castigo contra gobiernos corruptos o simplemente comandados por imbéciles, como es el caso de Chihuahua, Veracruz o Quintana Roo.

En todo caso, lo que está ganando en México es la alternancia. Los panistas gritan que ganaron 7 Estados… Pero callan que el 5 de junio perdieron dos en donde habían ganado “coaliciones” que resultaron un fiasco: Sinaloa y Oaxaca. Me queda claro que en todos los Estados donde ha ganado el PAN alguna vez… pierde en uno o dos de sus siguientes Gobiernos. El PAN ganó en su momento y desde hace veinte años Estados como Chihuahua, Nuevo León, Jalisco, Sonora, Aguascalientes, Querétaro, Yucatán, Morelos, Tlaxcala (y como ya dije, con coaliciones en Oaxaca y Sinaloa)… Y los perdió uno o dos gobiernos después. La gente se harta en poco tiempo de los gobiernos azules, porque en la mayoría de casos, sus titulares son igual o peor de corruptos que los del odiado PRI.

Ahora la gente vuelve a votar por el PAN, no porque sea el mejor partido, sino porque los gobernadores del PRI vuelven a cometer idioteces y no pueden negar su genética de corrupción y abusos.

La gente, pues, ya aprendió a castigar a los partidos gobernantes. Eso es un enorme avance de nuestro sistema político. Lo que hemos visto una y otra vez los del BEAP es que hasta en el Municipio más pequeño… la población se harta de los excesos de los políticos y los rechaza en la siguiente votación . Sean del partido que sean.

Otro dato que no le gusta divulgar a Ricardo Anaya y a sus admiradores: En la pasada elección, quizás con la salvedad de Javier Corral en Chihuahua o Fco. Javier Cabeza de Vaca en Tamaulipas, todos los candidatos que ganaron el 5 de junio eran del PRI. Todos. O sea, el PAN gana con priístas resentidos… pero que llevan en sus genes la estirpe tricolor y nunca dejan de tener nexos y costumbres del viejo sistema político mexicano. El 90% de políticos mexicanos destacados o que han ganado elecciones de todos los partidos políticos provienen… del PRI, del que huyeron después de que no les tocó alguna candidatura.

El hoy “panista” Miguel Angel Yúnes Linares, por solo poner un ejemplo, es igual o peor de impresentable que el gobernador priísta Javier Duarte de Ochoa y ganó –igual que en Puebla Rafael Moreno Valle- haciendo las mismas triquiñuelas de las que tanto se quejan los panistas en todo el país. En serio, no sé de qué se enorgullecen tanto los panistas porque ganó el expriísta y ex amigo de Elba Esther Gordillo, Yúnes Linares en Veracruz, quien ahora agotará todas las vías legales e ilegales existentes para que su vástago sea el próximo Gobernador (de 6 años). Igualito que quien quiere que su esposa también llegue. Orgullos del nepotismo, Jolopo dixit. “Panistas”… por favor.

Un dato más para el análisis es que cada elección, cada Estado, cada coyuntura y cada candidato son totalmente distintos. En varios Estados ganó el PAN contra malos Gobernadores… Pero el PRI retuvo Tlaxcala, con un Gobernador también muy mal calificado por su población, pero donde se enfrentó a una oposición dividida. Lección para la próxima: El PAN solo NO gana elecciones, el PRD mucho menos.

Y sobre el tema, hoy los panistas ya hacen cuentas de la lechera asegurando que los resultados de 2016 preparan claramente el camino para una victoria presidencial en 2018. Yo solo les recuerdo que hace exactamente un año, los que tenían orgasmos electorales eran los priístas, que habían ganado la mayoría de Diputados del Congreso de la Unión y en Puebla habían ganado a bastiones morenovallistas. Un año después todo cambió. ¿Qué paso? Repito, cada elección es distinta y es muy ingrato querer extrapolar resultados hacia un siguiente proceso electoral. TODO cambia de una elección a otra.

Finalmente, sobre Puebla.

El resultado del 5 de junio fue una mezcla de muchos factores (como toda elección, pues). Primero –lo escribí y dije hasta el cansancio- el Gobierno del ex priísta Rafael Moreno Valle implementó una elección manipulada en la que no dejó absolutamente nada fuera de su control. Fiel a su estilo, la pasada elección la empezó a preparar cinco años antes, controlando todas las variables habidas y por haber para que quien fuera su candidato ganara. Obvio lanzó al mejor posicionado y desplegó recursos insultantes para que obtuviera el triunfo. Lo dije y lo repetí: Primero lo mataban antes de perder con Gali.

Cualquiera va a decir que eso es lo que hace todo Gobernador, retener el poder para su partido, y es cierto, por asqueroso que así sea. Pero que no vengan los panistas a pontificar que ellos ganan porque la gente está “harta del PRI”. Que reconozcan y no sean cínicos, que en Puebla su Gobernador expriísta cometió exactamente los mismos excesos que sus odiados Gobernadores priístas que hoy denuncian indignados por querer tener fiscales anticorrupción, procuradores u órganos de auditorías controlados. Mientras que en Veracruz, Chihuahua o Quintana Roo, el panismo grita denuncias contra los Gobernadores salientes… aquí callan y aplauden como focas. Cinicazos.

Por supuesto, los priístas tuvieron toda la responsabilidad en la derrota del 5 de junio en Puebla. Enrique Peña Nieto está pésimamente evaluado en todo el país y claro que hubo voto de rechazo hacia el PRI. Pero además en Puebla, querer implementar una candidatura de oposición dos meses antes de la elección es una empresa absurda e imposible. Lección para la próxima: O se empieza a trabajar desde mucho tiempo antes (investigando, analizando escenarios, preparando candidaturas) o simplemente no van a volver a ganar en muchos años o quizás nunca más.

También, es un hecho que el Gobierno federal jamás tuvo en sus planes apoyar a quien fuera candidato (a) en Puebla para ganarle la elección a Moreno Valle. Peña Nieto, al igual que la mayoría de sus Secretarios son amigos, aliados o socios del Gobernador poblano. Traen pactos y alianzas coyunturales y futuras. Los únicos que nunca (¿?) se dieron cuenta (o no quisieron) fueron los priístas poblanos.

Sobre éstos últimos, siguen peleando como borrachos por una botella vacía. Es inexplicable que sigan pensando que no apoyando o traicionando a un candidato (a) en una elección, preparan el camino para que después sea él (quien sea) el candidato… sin nadie que lo apoye ahora. ¿No es estúpido? Si siguen así, el morenovallismo les seguirá ganado una y otra vez (que no el PAN). Allá ellos.

Finalmente, sobre el papel de las encuestas en este y los siguientes procesos (que es mi tema y jamás lo omito), la polémica sobre su uso, abuso, aciertos o “errores”, sigue y seguirá siempre. Es normal. Desde hace 17 años, en lo que al BEAP respecta, los que encargaron o vieron nuestros estudios en Puebla y otros Estados saben a la perfección que jamás les mentimos. Y también ya entendieron que los estudios demoscópicos son una herramienta estratégica que sirve para tomar decisiones de campaña y preparar posibles escenarios. El debate sobre si las encuestas sirven o no, o sobre “quién atina y quién no” lo hacen los periodistas, no los encuestadores, quienes solo sonreímos.

Y sí, ya estamos midiendo una vez más.

Porque en 2017 hay elecciones en varios Estados. Y en 2018 viene la madre de todas las elecciones (en puebla se elegirá TODO). ¿Y saben qué? TODO cambia… para que todo continúe. El ciclo sin fin, dirían Mufasa y Simba.

¿Queríamos democracia y alternancia no?

okrodo

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