19-04-2024 06:10:50 PM

Las razones de Barbosa

Por: Valentín Varillas

Para muchos es un misterio el hecho de que, en apenas unos meses, el senador Luis Miguel Barbosa haya transitado de la sumisión absoluta al gobernador Moreno Valle a la más férrea oposición.

El poblano es hoy la mano que mece la cuna en el manejo de las corrientes perredistas que se rebelan al amarre de la alianza con el PAN para competir en Puebla en el proceso electoral de junio próximo.

Habrá quienes aseguren que se trata de una estrategia de supervivencia y crecimiento políticos.

Que Barbosa intenta aprovechar la enorme crisis del Sol Azteca para erigirse en el refundador del partido, apoyado por las cada vez más voces que exigen congruencia en la toma de decisiones y postulados perredistas.

RMV BarbosaDe esta manera, en su proyecto político a futuro no descarta contender por a gubernatura de Puebla en el 2018 o, por lo menos, buscar una diputación federal y seguir vigente en la política nacional

Sin embargo, la verdadera razón escapa del idealismo política y se basa en el más llano y simplón utilitarismo.

Juran los enterados que el senador está realmente enojado, porque desde lo más alto del poder político poblano le prometieron “asignar” obras en el municipio de Izúcar de Matamoros con un valor superior a 40 millones de pesos.

En el amarre, el edil Manuel Madero González -incondicional de Luis Miguel- había ya recibido la orden de que los contratos le fueran asignados a las constructoras “que el senador eligiera” como pago parcial a los favores políticos hechos al régimen por ambos en la pasada elección federal del 2015.

Y es que Barbosa, fue fundamental en el proceso de convencer a Manuel Madero Lezama, hijo del alcalde, para que compitiera para perder como candidato en el distrito XIV.

Izúcar fue uno de los distritos que el gobernador Moreno Valle negoció con el gobierno federal priista como muestra de “buena voluntad” hacia el presidente Peña Nieto y su grupo cercano.

La estrategia se basaba en el triunfo arrollador de Jorge Estefan Chidiac, cercano a Luis Videgaray y en teoría, una posición importante para perfilar los temas de interés para Los Pinos en la cámara baja del Congreso de la Unión.

A cambio, se supone que Estefan apoyaría en Puebla en proyecto de su concuño Tony Gali, quien contenderá por el gobierno del estado en junio próximo.

Barbosa cumplió con creces.

Lejos de sumar por los intereses perredistas, su estructura y su candidato operaron a favor de Charbel, con los resultados ya de sobra conocidos.

Lo normal hubiera sido que el senador cobrara sin problemas la factura.

Pero algo muy raro pasó.

Otros intereses interfirieron y al final, Barbosa se quedó colgado.

De ahí el cambio radical.

Cuando se dio cuenta de que no le iban a cumplir, se encargó de dinamitar los intereses de Moreno Valle en el PRD al grado de plantarle cara a Luis Maldonado, a quien el mandatario poblano había dado como única encomienda el amarrar la alianza en Puebla.

Y entonces, Luis Miguel dejó de venir a la entidad, en donde era un invitado recurrente a las giras del gobernador.

Por cierto, en aquellos eventos, la constante siempre fue el torneo de alabanzas y porras entre ambos personajes.

Algunas, rayaron en la más extrema cursilería política.

Por ejemplo, en el 2013, Moreno Valle le entregó al perredista la Medalla Morelos como reconocimiento a su trayectoria política.

Dijo en su discurso que “el país requiere de políticos responsables como el líder de la fracción parlamentaria del PRD en el Senado de la República”, además de celebrar la “sensibilidad social del político tehuacanero”.

Como cereza del pastel, remató con dos frases históricas:

“La suya es una historia de éxito, de superación personal” y “nuestro reconocimiento al político, pero en lo particular al amigo”.

Por su parte, Barbosa, en sus distintas visitas a Puebla, correspondió con creces a semejantes muestras de generosidad y cortesía políticas.

Aquí, su frase más memorable:

“En Puebla, soy aliado del gobernador Moreno Valle, de su gobierno, del desarrollo y de las obras que debe realizar”.

Nada ver con lo que hoy piensa el uno del otro.

Lo que la ideología política no pudo separar, el dinero y el interés sí.

Otra vez: naturaleza humana.

abajovale

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