Por: Jesús Manuel Hernández
El gobierno de México parece haber encontrado la tabla de salvación de la caída de su imagen interna y externa. La recaptura peliculesca de Joaquín Guzmán, alias El Chapo, constituyó el debut del presidente Peña Nieto en el 2016 con un “misión cumplida”.
Y uno se pregunta: ¿Misión Cumplida para quién? ¿Quién le encomendó la misión?
Y tal parece que la respuesta se encuentra en el norte del continente, donde la extradición del delincuente más buscado del país y declarado enemigo número uno de Chicago, tendrá su final feliz.
Para los estudiosos de la materia del narcotráfico, la caída o encarcelación de El Chapo sólo constituye un elemento más de imagen poco redituable en la lucha contra la producción y comercialización de drogas. El negocio sigue, los sucesores del Mayo Zambada y de Guzmán están en activo.
Las agencias de Estados Unidos saben que Guzmán es desde hace algunos años un personaje mítico, importante, sí, de peso, sí, pero no es ya el operador del tráfico de droga a su país.
Interesante sería saber si El Chapo dirá la verdad sobre cómo montó su imperio, pero no para el guion de la película con Sean Penn y Kate del Castillo; más bien se antojaría conocer los nombres de los políticos, militares, policías, empresarios, periodistas, que sirvieron de cómplices en la tarea de construir el Cartel de Sinaloa y los que de él se han derivado. Más aún quiénes son sus colaboradores y cómplices en Estados Unidos.
El operativo de su recaptura, iniciado por la Marina, tuvo la suerte de participación de la Policía Federal, según se desprende de las versiones divulgadas por los especialistas, pues El Chapo y sus cómplices escaparon por el drenaje y luego robaron un auto, gracias a la denuncia de ese robo es que la Policía federal los detuvo y resguardó en el hotel hasta donde llego la Marina, por eso la fotografía de El Chapo sin esposas, dentro de un auto, donde se asoma el quepí de un policía federal, a fin de cuentas responsable de captura.
Por lo pronto Peña Nieto vengó la afrenta del túnel y su gobierno y sus voceros cacarearán los huevos.
Mientras tanto, como escribió Sean Penn que le dijo El Chapo en la entrevista hace unos meses: “… el tráfico de drogas no depende de una sola persona. Depende de un montón de gente…”.
¿Lo sabrá Peña Nieto?
