18-04-2024 11:14:25 PM

Parlatino: el freno de Blanca

Por: Valentín Varillas

Blanca Alcalá ha tenido muchas y diversas razones para dudar de que la candidatura la gobierno del estado de Puebla en este 2016 sea el paso más adecuado a dar en su carrera en la política y el servicio público.

Una de las menos mencionadas y tal vez la de mayor peso, es el hecho de que la senadora ocupa, desde mayo del 2015, la presidencia del Parlamento Latinoamericano y del Caribe (Parlatino) y que ahí se quiere quedar hasta el término de su gestión, en 2017.

Lo anterior, se lo ha hecho saber a personajes de primer nivel en la estructura priista, quienes se han convertido en importantes impulsores de su candidatura.

La posición parece menor si se compara con la posibilidad de competir por la gubernatura del estado y poder pasar a la historia como la primera mujer en gobernar Puebla y quien la arrebató el poder al morenovallismo, recuperándolo para el PRI y el presidente, urgido de importantes victorias electorales.

Sin embargo, en la óptica de Alcalá, es completamente al revés.

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Mantenerse al frente del Parlamento, con sede en Panamá, le permitiría realizar una serie de actividades que, en este momento, parecen encajar mejor con las prioridades y la personalidad de la senadora.

Viajes en primera clase, todos con su respectivo y generoso presupuesto para gastos, pasarela internacional, actividades alejadas de la grilla, el golpeteo, el ataque y la descalificación, además de tener un peso específico real en el destino de más de 60 millones de dólares que el Parlatino ejerce anualmente como presupuesto.

Nada mal.

Si bien la cifra palidece ante los más de 75 mil millones de pesos que en su primer año como gobernadora podría manejar como presupuesto, para llegar a esto tendría que enfrentar una larga y cruenta batalla electoral, algo que quiere evitar a como dé lugar.

Y es que, Alcalá está consciente de que su partido ha decidido optar por la estrategia de “ataque frontal”, como eje principal de la campaña para recuperar Casa Puebla y eso de plano no le gusta.

Éste, sobra decirlo, no es el terreno en el que Blanca se mueve de la mejor manera.

A pesar de las garantías que su partido y el gobierno federal le han dado, en el sentido de que tendrán su apoyo incondicional para plantarle cara al gobernador, al candidato oficial y sus operadores, ella tiene severas dudas sobre las posibilidades reales que tiene el PRI de ganar Puebla.

Por eso, para ella es importante esperar nuevos tiempos.

Mantenerse en su escaño en el senado de la República haciéndose cargo de la Comisión de Cultura, seguir al frente del Parlatino con los beneficios que esto supone y analizar con calma el panorama político poblano de cara al proceso de 2018, que se empatará con la próxima elección presidencial, parece un derrotero mucho más seguro y tranquilo para una mujer que no disfruta del ataque y la descalificación como herramientas de la lucha política y que además es sumamente vulnerable en un escenario de guerra sucia.

Se trata de la elección más importante para el morenovallismo, donde echarán toda la carne al asador, donde no se escatimará nada al momento de operar recursos humanos y económicos para ganar a como dé lugar.

Sin embargo, una cosa es lo que quiera Blanca y otra la que necesiten su partido y el gobierno federal.

A pesar de todo, ella sigue siendo el perfil que mejor cumple con los criterios de rentabilidad electoral para enfrentar este proceso.

Es más, en los últimos días se han dado una serie de eventos que nos hacen pensar que la tan consabida señal ya llegó y que la candidatura de Alcalá al gobierno poblano es por lo tanto, inminente.

La duda radica ahora en pensar qué tipo de candidata será y cómo va a llevar a buen puerto una estrategia de campaña en la que no cree, que no le gusta, pero que en teoría está diseñada específicamente para maximizar la obtención de votos para el tricolor.

¿Será otra vez el priismo poblano víctima de una traición?

¿Se repetirá el escenario de 2013 en Puebla capital?

Difícil saberlo desde ahora.

Lo que sí ha llamado la atención en la plana mayor del priismo nacional son un par de reuniones que Blanca Alcalá sostuvo en las primeras dos semanas del mes de diciembre con el gobernador Moreno Valle, quien, en ambas ocasiones, envío un helicóptero oficial por ella.

Hasta donde me quedé, en política la forma era fondo ¿o no?

abajovale

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