18-04-2024 05:19:10 PM

Apuntes sobre la “vía ciudadana” de RMV

Por: Valentín Varillas

Explorar la vía ciudadana como posible Plan B, en caso de que las condiciones no se le den a Rafael Moreno Valle para competir por la presidencia de la República en el 2018, empieza a ser una constante en al análisis sobre el futuro político del gobernador de Puebla.

No se trata siquiera de dar por hecho el que compita sin el manto protector de un partido político detrás, sino de sentar las bases de una estructura de operación y movilización que se mueva en todo el territorio nacional, bajo la única lógica de servirle a los intereses electorales –presentes y futuros- del todavía mandatario.

En su columna de ayer, publicada en Status, el periodista Jesús Manuel Hernández compartió con sus lectores unas líneas al respecto:

RMV“Si en el PAN las alianzas no tienen mucho futuro por ahora, y si en el PRI su papel sólo se limitaría a comprometer la operación a favor de Peña Nieto y en contra del populismo de López Obrador, no quedará menos que buscar inmiscuirse en las aspiraciones independientes, o las que más parecido tienen con ese postmodernismo de la política mexicana”.

Y agregaba:

“Un buena parte de la cargada emocional de Rafael Moreno Valle ve que se agranda la distancia de su aspiración al 2018. Otra en cambio ve una opción la gestión a favor de un acercamiento con quienes empiezan a levantar vuelo en torno a las opciones ciudadanas que bien podrían ser cobijadas pasado mañana por las alianzas, especialidad a fin de cuentas de Rafael”.

La idea de los asesores morenovallistas de considerar a los “ciudadanos” como un activo de potencial rentabilidad electoral no es nueva y se puso en marcha previo a la elección federal de junio pasado.

En este espacio le comenté hace meses cómo el gobernador poblano giró la instrucción de destinar recursos humanos y financieros en cantidades generosas para hacer “trabajo electoral en 100 distritos del país considerados como “estratégicos” por el número de ciudadanos inscritos en el padrón electoral”, sin que esto supusiera el involucramiento de las estructuras formales de los partidos políticos que controla Moreno Valle.

Se trataba de “apoyar con logística y dinero a personajes que son considerados como “líderes” o “figuras carismáticas” en sus respectivas comunidades y que tienen un comprobado arrastre popular, sin pertenecer a ninguno de los institutos políticos registrados en el país”.

Diseñar algo similar a la estrategia de afiliación que MORENA echó a andar antes de convertirse en partido político, sería el objetivo.

Para nadie es un secreto el hecho de que, la ruta crítica diseñada por Rafael para llegar a Los Pinos ha tenido que modificarse de manera radical.

Los siempre fríos números reflejados en todas, absolutamente todas las encuestas y sondeos de opinión publicados hasta el momento, no lo ubican en una posición en donde tenga posibilidades para pelear la presidencia de la República.

Jorge Castañeda en su columna publicada por Milenio, de plano lo descarta:

“Cada día parece más claro que va a ser difícil, si no es que imposible, arrebatarle a Zavala la candidatura del PAN. Seguirá, sin duda, chantajeando a su partido con la amenaza de irse como independiente, pero lo más probable es que no sea necesario… se antoja difícil que un criptopanista de magro hueso colorado, como Rafael Moreno Valle, pueda disputarle seriamente esa candidatura a alguien nacida, crecida y emparejada en el PAN. Y Ricardo Anaya es demasiado inteligente para pensar que en esta ocasión pueda ser su candidato”.

Así pues, si el proyecto presidencial tiene que esperar mejores tiempos políticos, el gobernador poblano está ya preparado.

Lo curioso es que, para sentar las bases de su ruta a Los Pinos, sigue el camino de su antítesis en la política: el tan odiado Peje; al que de la mano de Peña Nieto combatirá férreamente para evitar que se convierta en el próximo presidente de México.

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