Les ofece mayores plazos para pagar el préstamo, pagos semanales acordes a la capacidad de los deudores y facilidades para que éstos decidan cuándo terminar de pagar el crédito.
Lo que no aclara es que no respetará los convenios ni acuerdos a los que llegue con sus clientes que se ven en la necesidad de renegociar su deuda y aún cuando estos ya hayan abonado pagos parciales, no los respetará y volverá a cobrar el monto total del préstamo.
En términos lisos y llanos, se apropia el dinero pagado hasta el momento y renegocia el adeudo tomando como referencia el monto total prestado, y no el monto total existente al momento de la renegociación.
Esto lo que le ocurrió a un grupo de personas, aquí en Puebla, quienes en el 2014 se conformaron en una sociedad para obtener uno de estos microcréditos, comprometiéndose a pagar puntualmente sus abonos semanales, para lo cual Banco Azteca expidió la documentación correspondiente, desglosando la cantidad total del préstamo entre el número de las personas que integraron el grupo.
Una vez obtenido el crédito, realizaron 19 pagos puntuales, sin embargo, una de las personas no pudo seguir adelante por lo que habló con sus socios, quienes accedieron a que se saliera de la sociedad y se comprometieron a asumir el cargo correspondiente, para mantener su historial crediticio por pago puntual.
Para ello, se acercaron a la institución crediticia para renegociar su adeudo, a lo que la empresa, en primera instancia, accedió. Sin embargo, ante unos retrasos en los pagos, a inicios del 2015 comenzó a acosar a los afectados con citatorios judiciales y amenazas de embargo y detención si no pagaban a tiempo.
De esta forma, Banco Azteca envió a los afectados unas alternativas de convenio en las que planteaba algunas facilidades para poder cubrir sus préstamos individuales, pero de manera mañosa y a todas luces ilegal, los reajustes de pago los realizó sobre el monto total del préstamo otorgado en el 2014 a cada persona, y no sobre el monto actual después de la realización de los pagos anteriores.
Sin mayores argumentos, la empresa cediticia sigue presionando a los tenedores de este crédito sin darles la oportunidad de aclarar el tema, pues asegura que ya cedió mucho al renegociar el adeudo.
Así, Banco Azteca se coloca en el mismo nivel de muchas instituciones crediticias de mala fama que engañan a sus “beneficiados” y se aprovechan de su condición y necesidad para írseles a la yugular con contratos y cobros leoninos.
