19-04-2024 10:30:44 PM

Noe Peñaloza, la impunidad del fuero

Hoy es presidente municipal de San Martín Texmelucan.

Hace poco menos de dos años intentó convertirse en diputado federal y perdió estrepitosamente.

Noé Peñaloza es un empresario exitoso con una evidente obsesión por la política.

¿Por qué?

¿Se trata acaso de uno de aquellos escasos hombres del dinero con amplia consciencia social, que intenta devolverle a la sociedad algo de lo mucho que ha recibido de ella?

¿Busca sacrificar tiempo y talento en aras de aportar a la construcción de una mejor sociedad, más justa, más democrática?

Nada de eso.

Noé Peñaloza es uno de tantos caso en donde individuos completamente ajenos  la política, buscan el amparo del fuero para no enfrentar, como el resto de los mortales, las consecuencias legales de sus actos.

Y es que, la empresa propiedad de Peñaloza, Santa Julia de Puebla, SA de CV, ubicada en el Km 98 más 750 de la Autopista México-Puebla, tiene millonarios adeudos desde hace más de ocho años con el Instituto Mexicano del Seguro Social.

Sí, el hoy representante popular, en su faceta de empresario olvidó que es una obligación de ley no sólo tener asegurados al total de sus trabajadores, aportar el pago correspondiente a la parte patronal de la prestación, sino trasladar al IMSS la cantidad de dinero correspondiente a las retenciones que cada semana la empresa descuenta del salario de quienes ahí laboran.

De esta manera, la empresa tiene créditos con el instituto que en total suman 5 millones 954 mil 314 pesos con 30 centavos.

Se trata de 137 créditos pendientes, en donde el más antiguo data de julio de 2000 por un monto de 144 mil 570 pesos con 9 centavos y el más reciente es de marzo de 2008 por 98 mil 91 pesos con 66 centavos.

Como se puede apreciar, no se trata de uno de tantos casos en donde empresarios honestos se enfrentan a una crisis coyuntural que les impiden cumplir con sus compromisos legales con las autoridades.

No, aquí estamos hablando de una estrategia sistemática de omitir intencionalmente estas obligaciones para obtener ganancias adicionales, sin importar claro, que se trate de un delito.

En la parte jurídica, los créditos de marras han sido ya impugnados por los abogados de Peñaloza, como medida para ganar tiempo.

Legalmente, no hay la mínima posibilidad de que el hoy alcalde continúe evadiendo el cumplimiento de sus responsabilidades como empresario, sin embargo, el grita a los cuatro vientos que el IMSS “le pela los dientes” y que no lo pueden tocar, por lo menos los próximos tres años, ni con el pétalo de una rosa.

Lo increíble del caso es que, alguien acostumbrado a la violación sistemática del estado de derecho será ahora el encargado de que la ley se cumpla en San Martín Texmelucan.

Se trata de otro ejemplo más de la prostitución del servicio público para beneficio exclusivo de quien ejerce el poder.

Ni hablar, son los bemoles de nuestra incipiente democracia.

 

CON EL NARCO HEMOS TOPADO
No podía ser de otra manera.

Jamás existió una razón lógica ara creer aquel discurso oficial que aseguraba que Puebla estaba ajeno a la interacción de grupos ligados al narcotráfico.

La lógica más elemental nunca encontró elementos para explicar por qué en la visión de nuestras autoridades, Puebla vivía en un estado de excepción, de pureza y castidad que la mantenían ajena a una realidad nacional que hoy se nos revela con una contundencia tal que no deja lugar a dudas. 

Sí, el narco está aquí, siempre ha estado y la obsesiva negación gubernamental no hará que se vaya.

El reconocimiento del problema, sin embargo, es tan sólo parcial.

La Secretaría de Gobernación insiste en que nuestro estado, por su situación geográfica, es paso obligado de la droga que tiene como destino final el mercado de los Estados Unidos.

¿Y?

Como si eso fuera un atenuante.

El comunicado de prensa de la PGR en donde relata la detención en enero pasado de cinco integrantes del cártel de Sinaloa a las afueras del Aeropuerto Hermanos Serdán, es el certificado de nacimiento oficial de una realidad ya imposible de negar.

Y entonces, surgen las preguntas:

¿Era la primera vez que los detenidos intentaban sobornar a elementos del ejército para permitir el aterrizaje clandestino de un avión cargado con cocaína?

¿Cuántos de estos aparatos si lograron llegar a Puebla?

¿Desde cuándo?

¿Nadie sabía de esto?

¿Quiénes sí y quiénes no sucumbieron ante el poder corruptor del narcotráfico?

¿Quién se atreve a contestar lo anterior?

 

latempestad@statuspuebla.com.mx

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